viernes, 6 de noviembre de 2015

Tratamiento de la anorexia

El tratamiento se plantea siempre de forma individualizada. Desde el principio se precisará la colaboración de la paciente y de sus familiares. Las posturas «acusadoras» o «perseguidoras» de algunos familiares han de ser cambiadas por las de «colaboradoras».




La paciente debe comenzar a aceptar que tiene un trastorno en la conducta alimentaria que puede provocarle daños y que, por lo tanto, el cambio vale la pena.
¿Dónde se realizará el tratamiento?



El tratamiento puede desarrollarse en un ambulatorio o, en casos severos, en un hospital.
Tratamiento ambulatorio. Si el estado del paciente lo permite, el trastorno es reciente, el apoyo familiar positivo y su actitud relativamente colaboradora, se debe optar por el tratamiento ambulatorio, ya que resulta menos traumático, descontrola menos la vida familiar, sale más barato y permite ir comprobando las repercusiones en las relaciones familiares, laborales y personales.
La función de los padres será fundamental, ya que actuarán como coterapeutas, supervisando y controlando la dieta y las conductas de purga al tiempo que dan soporte y ayuda a la paciente.
Tratamiento en hospitalización. En pacientes con poca motivación, inestabilidad psicológica, trastorno psiquiátrico asociado y un ambiente familiar poco cooperador,
es recomendable el ingreso.

Los criterios de ingreso obligado son: 



– Pérdidas del 25 o el 30 % del peso correspondiente en aquel momento a edad y estatura.
– Enfermedades físicas, secundarias o no a la anorexia, que requieren hospitalización por ellas mismas o porque asociadas a la anorexia le imprimen mayor gravedad.
– Trastornos psiquiátricos graves: ansiedad, depresión y riesgo de suicidio.
– Grave conflicto familiar generado por el trastorno alimentario.
– Fracaso confirmado y reiterado del tratamiento ambulatorio o del hospital de día.
Objetivos del tratamiento


El objetivo primordial del tratamiento es la recuperación de peso, pues muchos de los pensamientos alterados sobre comida, peso o figura están sustentados por la malnutrición. Otros objetivos son la normalización de la dieta y de los hábitos alimentarios y la resolución de los problemas psicológicos, familiares o sociales concurrentes con la anorexia.
Recuperación del peso. El bajo peso es un obstáculo para cualquier psicoterapia. Hay que comenzar con dietas muy prudentes. Por lo general, cuando se recupera peso, el estado de ánimo depresivo y la preocupación por el cuerpo mejoran; otras veces, por el contrario, aumenta la irritabilidad.
Aprender de nuevo a comer normalmente. La paciente ha de volver a relacionarse con la comida de manera natural, ya que había perdido esa capacidad de ver el proceso de la alimentación como una función más.
La comida tiene que ser variada, la misma que tomen los demás miembros de la familia. Hay que infundir a la paciente confianza en su capacidad de comer de manera adecuada y razonable, hasta que aprenda las señales de tener hambre y estar saciada.
Resolución de las causas. El tratamiento psicológico es la piedra angular de un buen programa terapéutico. Resulta poco efectivo en las fases más graves de la enfermedad, ya que las pacientes malnutridas y con bajo peso se muestran extraordinariamente refractarias a la psicoterapia. Hay varios tipos de terapia: – Terapia familiar: se debe trabajar con los familiares, informándoles y orientándoles sobre la forma de analizar y resolver los problemas, como conflictos entre hermanos o entre los padres; también hay que estudiar si existe una simbiosis entre la paciente y uno de los padres que retroalimente la enfermedad.
– Terapia de grupo: sirve para romper la soledad y el aislamiento, facilita la identidad y rompe con el egocentrismo al que tienden. Los grupos de autoayuda sirven de modelo y ayudan cuando hay riesgo de recaídas. La paciente puede identificarse con algún otro miembro y no sentirse diferente.
– Terapia cognitivo-conductual: se basa en analizar qué errores de pensamiento son los responsables de creencias y actividades que llevan a alteraciones de la conducta. Por lo tanto, el terapeuta ayuda a la paciente con esos pensamientos equivocados para aclararlos y contrastarlos, buscando así un autocontrol de la conducta alimentaria.
– Terapia individual: se utiliza cuando existen importantes actitudes regresivas, alteración importante de la personalidad, rechazo de la feminidad o del propio cuerpo, etc.
–Técnicas de relajación: son muy útiles para los momentos de tensión.

El tratamiento farmacológico está indicado como coadyuvante a las técnicas de modificación de conducta y como tratamiento de las alteraciones psicológicas asociadas, en especial, depresión, ansiedad y alteraciones del sueño.


Criterios diagnósticos de la anorexia


-Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal.

-Pérdida de peso igual o superior a un 15 % del peso teórico.

-Miedo a ganar peso aunque el actual se sitúe por debajo del peso normal.

-No hay una correspondencia lógica entre el peso y la percepción de la silueta corporal (la persona se ve gorda cuando en realidad está muy delgada).

-Pérdida de tres ciclos menstruales como mínimo.

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